Silvia Sempere Ripoll (Alcoy, Alicante, 1968). Licenciada (1991) y Doctora (2016) en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, donde ejerce como docente desde 1997. Inicia tempranamente su actividad artística, exponiendo su trabajo en muestras colectivas e individuales desde 1988. Pintura, escultura, instalación, fotografía e imagen en movimiento son las técnicas de las que se ha servido para plasmar los resultados de su investigación en el terreno del arte.
PAC – Llevábamos un tiempo sin mucha noticia sobre ti salvo la de tu presencia en algunos certámenes. ¿Más centrada en la docencia?
Silvia Sempere – Efectivamente, la adaptación a las directrices de Bolonia ha conllevado un trabajo intenso para todo el sector docente universitario. No puede decirse, en cambio, que ello haya impedido continuar con mi actividad artística, aunque, sin duda, ha limitado la visibilidad del resultado.
PAC – ¿Qué sería de la práctica artística si muchos artistas no se dedicaran a la docencia?
Silvia Sempere – Entiendo que la pregunta se basa principalmente en el hecho de que el sustento material que proporciona ejercer como profesor universitario permite mantener una línea de investigación artística con independencia. En mi caso, considero que es así y además que es muy gratificante trabajar transmitiendo conocimiento. Está claro que esta situación es la de muchos compañeros de profesión.
PAC – En tu trabajo, más allá de las modas, ¿ha pesado más la problemática de la naturaleza que la del género?
Silvia Sempere – Sin duda, esos dos ámbitos han centrado buena parte de mis reflexiones artísticas. La relación del ser humano con la naturaleza y la representación de la feminidad se han alternado indistintamente en varios de mis proyectos. Tal vez, incluso, podríamos hablar de cierta feminización de la naturaleza en algunos de los elementos de las instalaciones «Coto Privado de Caza» o «Lo físico de lo Básico», en las que referencio partes del cuerpo de la mujer como elementos generadores de paisaje.
PAC – ¿Son ambas “especies a proteger”?
Silvia Sempere – Tanto la naturaleza como el género femenino han sido y siguen siendo objeto de continuas agresiones. Uno de los retos prioritarios de nuestra Sociedad es provocar un cambio de sentido para mejorar esta situación. Parte de mis esfuerzos están dedicados a ello. Considero que mostrar nuevos enfoques sobre lo femenino y lo natural, o insistir en las funciones que desempeñan dentro del sistema y en los valores que representan, es fundamental para que se produzca ese necesario vuelco.
PAC – ¿Por qué crees que es necesario incluir la naturaleza en el arte?
Silvia Sempere – La naturaleza siempre ha formado parte del Arte: generalmente como objeto de representación, referencia o análisis; como elemento simbólico; como marco o contexto en el que se desarrolla una acción…
Considero que el Arte contemporáneo le sigue reservando un papel predominante. En mi trabajo actual es imprescindible atender a la relación que el ser humano mantiene con el entorno natural. No se trata de representar la naturaleza en sí, como objeto, sino de modelizar las interacciones fruto de una convivencia que no es siempre pacífica.
PAC – Tú, en realidad, casi (la) unes la naturaleza a tus obras, pues integras parte de ella en las mismas. ¿Eso es valentía o implicación?
Silvia Sempere – Se trata de una actitud de profundo respeto, más cercana a la implicación. Los elementos vivos que intervienen en mis obras se combinan con el resto de objetos que forman parte de ellas e interactúan con el medio y el espectador para potenciar la experiencia estética.
PAC – El arte, como siempre, va por delante, pues con tu análisis en «Placeres bárbaros» (2006) preconizabas lo que ha finalmente sucedido con el “Imperio del ladrillo” ¿cómo ves el final del proceso?
Silvia Sempere – Como bien dices, en esta ocasión, la propuesta artística se adelantó en cierta manera a los acontecimientos. Sin embargo, todos recordamos que era algo de lo que se advertía desde muchos otros ámbitos, también. La propia expresión placer bárbaro sirvió de detonante, provocando la identificación de una serie de intuiciones basadas en hechos reales que terminaron materializándose en la propia instalación que podría entenderse como una metáfora premonitoria del desenlace que todos conocemos.
Descarto que hayamos concluido el proceso, y más aun que exista un final concreto. Lo que sigue preocupándome, y creo que es un sentimiento común a todos, es la irreversibilidad de aquellas actuaciones urbanísticas que se han malogrado y demostrado innecesarias.
PAC – ¿No habría que dedicarse, todos y todas, una temporada a “arte y política”? ¿Por qué nunca se pone de moda? ¿Quizás porque la política es la que ha sufragado el arte hasta ahora?
Silvia Sempere – Preguntas si realmente la acción política es una opción o una obligación. Considero que todo ciudadano que participe en su contexto social, consciente o inconscientemente, actúa políticamente.
En el arte actual existen muchas tendencias comprometidas políticamente. Nada me hace pensar que no esté de moda.
Las Instituciones culturales, entre otras actuaciones, facilitan el desarrollo de la actividad artística, y con una gestión imparcial se podría dar voz a todas las sensibilidades.
PAC – En lo artístico, ¿qué temas son de tu preocupación actualmente?
Silvia Sempere – Hoy por hoy estoy concentrada en mi propia percepción del entorno natural y en la revisión de los procesos de creación artística que he seguido en otros momentos de mi carrera profesional. También me interesa la interdisciplinariedad de los lenguajes de expresión contemporáneos, que, a mi entender, pueden proporcionar nuevos enfoques que abran nuevas vías significativas para mi trabajo.
PAC – ¿Ese proyecto que está a la espera o te gustaría realizar?
Silvia Sempere – Los artistas, por lo general, siempre tenemos varios proyectos en mente, unos más ambiciosos que otros, unos más utópicos que otros, pero siempre con un sustrato común. Esto no significa que necesariamente se vayan a desarrollar todos en el corto plazo. Llegar a materializarlos depende de muchos factores. Normalmente todo se activa con un desencadenante que será el que facilite el proceso y que puede consistir en una propuesta externa o en una iniciativa o necesidad personal.
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