Galería Norte Verde

Un enfoque visual sobre los ‘Pilares’ de la violencia machista

El estudio sobre los datos referidos a los casos de violencia de género en España es la base conceptual sobre la que construyo el proyecto “Des de l’Amor”. En cada obra de esta serie, utilizo los negros profundos como reflejo de la pesadez de la problemática, los tonos rojos para hablar de la fragilidad y simbolismo ligado a diferentes representaciones de la realidad que intentan llevarnos a la reflexión sobre la misma.

Ana Beltrán. Pilars

Entre las piezas que conforman “Des de l’Amor”, he realizado obras desde diferentes enfoques. En la serie encontramos representaciones cromáticas de los datos recopilados, obras abstractas que tratan los casos estudiados de forma estructurada y figurada. Aquí, los números que nos cuentan la violencia machista son compilados mediante la lectura de publicaciones oficiales, periódicos y otros medios con la intención de crear cada pieza concreta. Esta información se materializa en un primer momento en “Terrorisme, ‘20”, un lienzo de gran formato que representa, mediante diferentes códigos, la gradación de violencia que pretende tocar al espectador de una forma más emocional. Una imagen para acercarnos a esta temática de una manera diferente, para poder adentrarnos más profundamente en esta problemática y poder entenderla desde un punto de vista más sensitivo, usando los datos a través de un cromatismo que nos ayude a pensar más en las personas que en las cifras. También este estilo lo he usado en piezas como «Iceberg» que nos cuenta mediante el color esa escala de agresiones con pequeñas obras de diferentes tonalidades, que aunque similares, van variando según la gradación de la violencia representada.

La manifestación más literal de esta investigación se consuma en la pieza “Pilars” en la cual los datos son los protagonistas de forma explícita. Tras el estudio de las notas de prensa y el lenguaje usado en la expresión de esta realidad, quise mostrar estas palabras de forma directa, sin metáforas ni matices. El impacto de las estadísticas que nos llegan a través de la prensa se minimiza al contarse reiteradamente con la misma cadencia, con los mismos medios, con la misma sensación banal con la que se repite el “una más” con el agravante de empezar de cero cuando cambiamos de año o provincia. “Pilars” nos muestra que las víctimas no son números, son mujeres con nombres, apellidos y una vida. “Pilars” nos cuenta los datos, y lo hace con un lenguaje diferente al que nos acostumbra la oficialidad y la prensa: con un lenguaje más crudo e inmediato. Además, en esta instalación, encontramos un imaginario que no sólo nos cuenta el culmen criminal del machismo si no que también muestra las violencias que subyacen y que son el soporte sobre el que se encuentran las agresiones más graves: los feminicidios íntimos. 

Ana Beltrán. Pilars

“Pilars” es una instalación que resulta de una video-performance. En la acción me encuentro leyendo de forma metódica y ordenada diferentes periódicos, que, diariamente, se reproducen y aumentan, con datos que de la nada siguen apareciendo. En estas lecturas, con un carmín, subrayo los hechos que leo en voz alta, resaltando las diversas agresiones, para coserlas a continuación entre ellas, dándoles la correlatividad que tienen. Leo estas realidades para dar voz a esas violencias pequeñas que a veces nos pasan desapercibidas, esas agresiones punitivas que nos llevan incluso a justificarlas en algún caso. Subrayo titulares y textos de agresiones machistas hasta llegar a cada feminicidio íntimo, momento en el que se acaba cada pilar, y en el que esas notas quedan para siempre superpuestas al resto de transgresiones, esos textos quedan soportados por una base que ha crecido con los abusos que se han ido legitimando para dar cada paso más hasta llegar al crimen. 

En la instalación resultante, encontramos estos recortes de prensa con diferentes casos de ataques y abusos de poder sobre mujeres y sobre menores. Estas notas son las voces que exponen la realidad en la que unos dominan y otras son sometidas. Esta propuesta, con una potencia visual que hace que el espectador se vea inmerso en el interior de la obra, intenta promover la reflexión para analizar el porqué llegamos a los crímenes más graves. Cada pilar de agresiones, violaciones, vejaciones… acaba con un asesinato por violencia de género, así es como se levanta un sistema con una estructura de bases arquitectónicas sólidas. Aquí, de forma totalmente visual, se muestra esa escalada de violencia con su cénit. Se visibilizan así todos los hechos que hay debajo, a las que no habíamos prestado atención, los cimientos que sustentan la violencia y posibilitan llegar al los límites de la misma. No son cifras, son mujeres. Y con estos elementos que encontramos en todo el proceso de violencia podemos ver que hay más realidades que no percibimos, hechos que nos pasan desapercibidos y que incluso a veces justificamos.

El objetivo del proyecto, parte del cuestionamiento de la propia realidad y de la certeza en que podemos hacer algo para mejorarla. Con el proyecto visual realizado desde la investigación minuciosa de los hechos, propongo otro punto de vista que pueda incitar a reflexionar y conmover al público para que, desde la introspección, pueda analizar y cuestionar la realidad que nos llega a través de los medios oficiales. Las piezas intentan empatizar con los sentimientos que, en lo individual, se suelen volver universales, y plasmar estas ideas para que puedan entenderse e interpretarse mejor al manifiestarse de forma visual y metafórica. 

Ana Beltrán. Pilars

Analizar las bases que llevan al terrorismo machista será la única forma de poder entender la raíz de este problema para poder actuar de forma decisiva hacia la eliminación este tipo de violencia. Contar esta realidad, visibilizarla y transmitirla mediante diversos lenguajes es importante ya que es la forma de concienciar al mayor número de personas, que pueden sentirse aludidas, interpeladas a la acción, con más contundencia si se les comunica esta realidad de forma visual. Ya que desde la prensa nos llega todo de una forma mucho más pasiva y que nos hace menos partícipes de la misma, se le da con el arte una nueva perspectiva al mensaje. Creo que mediante el arte podemos acercarnos al espectador de una forma especial, y así estimularlo a su vez a empatizar con el fondo de cada pieza. En este caso, propongo la reflexión y el cuestionamiento en la visualización de las piezas para establecer un diálogo con el discurso planteado. 

Desde el arte, tenemos la posibilidad de cambiar las cosas. Con una pieza, con cada proyecto, no podremos cambiar el mundo, pero es un paso para hacer pensar al público, y cada una de esas personas que creen una relación con las piezas, podrán establecer una reflexión y así empezar la acción necesaria para dar un giro al trocito de mundo de cada cual.

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