Galería Norte Verde

LA ERA DE LAS IMÁGENES DESAPARECIDAS

¿QUÉ ES LA ERA DE LAS IMÁGENES DESAPARECIDAS?
Un fanzine que acaba de presentar el Museo Nacional del Prado y que nos propone reflexionar sobre el valor de las imágenes y las consecuencias de su desaparición. Se basa en el en el Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico que reunió Juan Clemente Brignardelli, un volumen de de 114 páginas de gran formato que contiene adheridas 420 estampas, conservado en la propia pinacoteca.

 

¿QUIÉN ES EL AUTOR DE ESTE FANZINE?
Brais Rodríguez Verde, dibujante de cómics coruñés, licenciado en Bellas Artes, especialidad de pintura, por la Universidad de Vigo. En sus inicios entró a formar parte del colectivo Polaqia y sus tebeos han sido publicados en fanzines y revistas como Barsowia, Fanzine Enfermo, ARGH!, Dos Veces Breve, Monográfico, Lunático, Buendolor, Usted está aquí, Ragú, Desde el abismo, El Dios Mofeta, Condorito Muerto, La cultura del duodeno o El visitante; por ellos ha recibido varios premios. También podemos encontrar sus trabajos en las recopilaciones de Barsowia (Barsowia en llamas, Dolmen) o del Fanzine Enfermo (Astiberri, 2009) y en 2010 obtuvo el galardón Castelao de cómic por La mano del diablo (Astiberri, 2011).

El próximo año disfrutará de la Beca de la Academia de España en Roma para desarrollar su proyecto StillLife, un cómic mudo con el que pretende investigar los recursos de la imagen y el tiempo en este medio y las posibilidades narrativas que pueden ofrecer la viñeta, la secuencia y la elipsis.

 

¿QUÉ ENCONTRAMOS EN EL ÁLBUM DE BRIGNARDELLI? ¿EN QUÉ SE RELACIONA CON ESTE FANZINE?
Un compendio de estampas grabadas a a buril o aguafuerte, de los siglos XVI al XVIII y de distintas escuelas europeas. El álbum contuvo en origen 602 imágenes, cifra que fue modificada posteriormente en la inscripción para reducirla a 490 y hoy solo cuenta con 420. Algunas hojas fueron separadas completamente, en otras ocasiones se despegaron estampas, quedando restos de adhesivo o papel y en otros casos se recortaron.

El contenido es variado y no es posible determinar en él un orden perfecto según criterios cronológicos, de escuela o temática. Solo puntualmente las estampas se agrupan por su tema, reuniéndose imágenes con arquitecturas, retratos, animales o paisajes, pero habitualmente su disposición busca el aprovechamiento, ocupándose toda la hoja sin dejar huecos libres y adaptando las obras en función de su tamaño. Esta organización sugiere, más que una voluntad pedagógica, una intención de conservación.

La variedad, por tanto, es la cualidad principal del álbum, con numerosas imágenes italianas, flamencas, alemanas, francesas y, en menor número, españolas de autores como Pietro Testa, Antonio Tempesta, Jan Sadeler, Jacques Belange y Manuel Salvador Carmona, entre otros.

La incorporación al Prado de este compendio se encuadra en la política de adquisiciones del Museo centrada en los álbumes como forma de colección de obras de arte sobre papel, pero también como instrumento de trabajo al servicio de los artistas y los eruditos. También es coherente con sus últimas adquisiciones centradas en las cartillas para aprender a dibujar que se utilizaron desde el siglo XVI, porque, repartidas a lo largo de las páginas del álbum, hay al menos seis estampas que formaron parte de ellas.

El estado de conservación de sus piezas, deterioradas por su utilización constante en la Escuela de Dibujo de Cádiz, de la que Brignardelli fue profesor a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, es el detonante de las reflexiones de Rodríguez Verde sobre la importancia de las imágenes en la sociedad: sobre su valor icónico como medios de expresión de las ideas del Gobierno, la Iglesia y de la Nación y su uso como medios para mantener la memoria. A su vez, el artista nos hace pensar en la inestabilidad de las sociedades y la violencia que se genera cuando se modifican los mecanismos de control ideológico.

 

¿Y QUÉ NOS OFRECE LA ERA DE LAS IMÁGENES DESAPARECIDAS?
Brais Rodríguez ha desarrollado aquí una doble faceta como autor de comic; de un lado, la que muestra su virtuosismo como dibujante preciso y a veces minimalista, con viñetas en las que traza líneas negras sobre fondos blancos; de otro, la que le lleva a valerse de estampas utilizadas como ilustración de la prensa periódica y la literatura del siglo XIX para, descontextualizándolas, concederles utilidades diferentes al servicio de una nueva narración.

En sus trabajos, y aquí también, son habituales las situaciones surrealistas y las atmósferas inquietantes.

 

¿QUIÉN FUE JUAN CLEMENTE BRIGNARDELLI?
Se sabe poco de él: murió en Cádiz en 1804 y en el Archivo de la Academia de San Fernando consta una solicitud suya de hacia 1794-1795 en la que figura como segundo ayudante de pintura en la Escuela de Dibujo de esa ciudad andaluza. Pedía que se le concediera el título de Académico de Mérito haciendo la prueba señalada por la Academia de San Fernando en su ciudad, tal y como había hecho Domingo Álvarez, director de la Escuela de Dibujo de Cádiz, afirmando tener muchas obras de consideración de las que encargarse y no poder viajar a Madrid. La petición le fue denegada.

Debió tener algún tomo más del álbum citado, como demuestra la necesidad de numerar el tomo en el lomo y la anotación manuscrita de la guarda.

 

¿QUÉ IMPORTANCIA TENÍAN ÁLBUMES COMO EL SUYO?
Los álbumes eran, desde el siglo XVI, un mecanismo habitual de coleccionar estampas y dibujos. El montaje en las páginas permitía establecer un orden en la colección y garantizaba su preservación al evitar la manipulación directa de unas obras que, por su constitución física, son vulnerables. En nuestro país, con escasa tradición coleccionista, son pocos los casos que se conocen de esta forma de organización, pero sí existan ejemplos sobresalientes como el de la colección de estampas de Felipe II en El Escorial o los del Marqués del Carpio. En cuanto a los de artistas, sabemos por los inventarios post mortem que poseían dibujos y estampas, a veces conservados sueltos o en álbumes, pero no se han conservado como tales, sino dispersos. Por eso este álbum gaditano es excepcional, porque documenta lo que era conocido solo a través de la palabra escrita y nos permite constatar la utilidad que los profesores de dibujo dieron a las estampas como modelo de aprendizaje.

El mal estado habitual de las estampas, con pérdidas, roturas, dobleces y manchas, nos habla de la fatiga derivada de su uso en el taller; gracias a que se pegaron a las hojas de los álbumes han podido preservarse.

 

¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA DISFRUTAR DEL FANZINE?
Puede adquirirse, por 3 euros, en la tienda del Museo del Prado o descargarse gratuitamente en su tienda online.

 

PARA MÁS INFORMACIÓN:
www.museodelprado.es

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