Galería Norte Verde

Francesc Tosquelles y la otra psiquiatría

Este 2022 se cumplen 110 años del nacimiento en Reus de Francesc Tosquelles, psiquiatra que se convirtió en una figura destacada del panorama político y cultural de la que fue Mancomunitat de Catalunya y que, tras participar en la Guerra Civil desde los frentes de Aragón y Extremadura, se exilió en Francia en el 39. Allí, en el campo de concentración de Septfonds y, especialmente, en el hospital psiquiátrico de Saint-Alban pondría en marcha experimentos clínicos que conjugaban su propia disciplina, la psiquiatría, con la política y la cultura, desde la pretensión de humanizar la vida de sus pacientes.

En ese último centro, Saint-Alban, propició la convivencia de internos, campesinos, monjas, médicos y enfermeras, tratando de fomentar los vínculos sociales y también la inmersión en el teatro, el cine, el arte y la escritura, entendiendo que la cultura podía tener utilidad terapéutica.

Francesc Tosquelles. Autorretrato. Col.lecció de la família Ou-Rabah-Tosquelles

Bajo el comisariado de Carles Guerra y Joana Masó, el CCCB rescata ahora su figura y su legado en la muestra “Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo”, que ahonda en las transformaciones en la atención hospitalaria que, en el campo de la psiquiatría, Tosquelles trató de implementar en instalaciones que consideraba enfermas. Desde su punto de vista, los cambios deberían llegar desde tres ámbitos (la política, la experimentación clínica y la cultura) y él quiso materializarlos fomentando las tareas de autogestión, la creación de comisiones y clubs de enfermos, mejoras en la formación de los cuidadores, experimentos con el teatro, el cine y la escritura; la creación de periódicos murales y diarios internos y también la introducción de imprentas y talleres de ergoterapia, entre otras iniciativas.

Es fruto, la exhibición, de un proceso de investigación de los comisarios financiado por la Fundación Privada Mir-Puig y sus estudios, además de en esta muestra, se han volcado en el ensayo Tosquelles. Curar les institucions, editado por Arcadia, un volumen que ha recibido el Premio Ciutat de Barcelona de Ensayo, Humanidades e Historia 2021 y el Premio de Investigación del ACCA – Associació Catalana de Crítica d’Art, correspondiente también al año pasado.

Guerra y Masó han hecho dialogar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona material documental, obras de arte, filmes y documentos: se han reunido centenares de fotografías, postales, carteles, revistas, libros, cartas, informes y también filmes, publicaciones desarrolladas en hospitales y testimonios orales del catalán sobre asuntos que le interesaron y que formaron parte de los debates de su época, como el campesinado, Stalin o el miedo. Entre los autores de las piezas artísticas figuran Antonin Artaud, Henri Michaux, Brassaï, Léon Schwarz-Abrys, Gérard Vulliamy (que ilustró un tomo de Paul Éluard) y Joan Miró, que hizo lo propio con otro de Tzara, así como los más contemporáneos autores Mireia Sallarès, Alejandra Riera, Roger Bernat, Angela Melitopoulos, Maurizio Lazzarato y Perejaume.

Man Ray. L’Énigme d’Isidore Ducasse, 1920. Cortesía de la Association Internationale Man Ray, París

Seguramente os habéis preguntado la razón del título de la exposición y sospechado su relación con el surrealismo; se trata de una parte del lema de Lautréamont que inspiró a varios artistas de ese movimiento: Bello como el encuentro fortuito de una máquina de coser con un paraguas sobre una mesa de disección; el propio Tosquelles lo parafraseó para conectar su memoria de la Mancomunitat catalana y la República con las curas terapéuticas que organizó, vinculadas al trabajo manual y al campo.

Comienza el recorrido con la instalación interactiva Sin título, de Roger Bernat, diseñada a partir del archivo cinematográfico del Hospital de Saint-Alban, y en adelante nos sumerge en las vivencias del de Reus, que se aproximó al psicoanálisis en el paréntesis transcurrido entre el fin de la dictadura de Primo de Rivera y el golpe de estado franquista y que militó en el Bloc Obrer i Camperol (BOC), que en 1935 se fusionó con el POUM, el Partit Obrer d’Unificació Marxista. Tanto el psicoanálisis como el marxismo los consideró como herramientas posibles para transformar los manicomios, cuando su funcionamiento atendía aún a los principios de la psiquiatría decimonónica; entendía Tosquelles que, para sanar a los pacientes, era necesario tratar el conjunto del hospital como si este fuese un cuerpo enfermo, eliminando cualquier nota autoritaria o inmovilista en su organización y las trabas burocráticas.

Veremos carteles de la II República y la Guerra Civil, revistas culturales y de psiquiatría en las que colaboró y algunas fotografías que remiten al primer periodo de su actividad, además de una exploración de los distintos lugares en los que trabajaría: el manicomio privado Pere Mata, destinado a la alta burguesía de Reus; los hospitales de campaña instalados en casas expropiadas en Aragón y Extremadura durante la Guerra Civil, un servicio psiquiátrico precariamente improvisado en el campo de exiliados republicanos de Septfonds y el mencionado hospital rural de Saint-Alban, una de las zonas menos favorecidas de Francia.

En aquellos espacios buscó, además de atender a los internos, velar por el conjunto del equipo médico e involucrar en la curación de los enfermos a aquellos equipos no profesionales, miembros de la sociedad civil. Además de documentación diversa sobre estas experiencias, el CCCB presenta el filme Història potencial de Francesc Tosquelles, realizado por Mireia Sellarès valiéndose de la recreación teatral de la lectura de una carta que él mismo dirigió a Stalin.

Gérard Vulliamy. Estudio para Le Cheval de Troie, 1936. Claire Sarti

Cuenta con sección propia su labor en Saint-Alban, donde entre 1940 y 1962 procuró aunar innovaciones clínicas, cultura de vanguardia y una actividad política antifascista para articular lo que se bautizó como ensemble thérapeutique, una organización en la que las relaciones entre todos, y todo, reemplazaban a los mecanismos de contención que solían constituir los muros del asilo.

Contemplaremos las tres bobinas del filme grabado por él mismo en el hospital de Saint-Alban, que se presentaron en el IV Congreso de Psicoterapia de Barcelona en 1958 y que hoy nos permiten profundizar en su trabajo; se acompañan de fotografías y documentos de ese congreso y de obra artística y literaria alumbrada en el hospital, como los citados libros ilustrados de Paul Éluard y Tzara o una película de Ruspoli. Además, una instalación de Alejandra Riera relaciona la geografía del complejo de Saint-Alban y la de la clínica La Borde, ambos enclaves esenciales en la historia de la psicoterapia institucional.

Conviene recordar que, en la primera mitad del siglo pasado, los trabajos desarrollados por los pacientes ingresados en hospitales psiquiátricos fueron objeto de una atención antes inaudita, hasta el punto de ser considerados, no solo material de estudio, sino prueba diagnóstica e incluso objetos a coleccionar. Dentro del hospital de Saint-Alban, se integraban en los procesos de tratamiento o en una economía de intercambio, pero fuera se concebían como artefactos para propiciar una crítica de la cultura. Hoy, en muchas ocasiones, se atesoran en museos monográficos de art brut, separados de otras formas de arte pero también de los contextos en los que surgieron: quiere la exposición plantear la necesidad de debatir qué trato debe darse en nuestra época a ese legado.

Aglutina este proyecto dibujos, pinturas y objetos de artistas vinculados a Saint-Alban, como Marguerite Sivins, Auguste Forestier, Aimable Jayet o Benjamin Arneval, y se nos recuerda que, entre los creadores de art brut, Dubuffet, su gran impulsor, incorporó a tres artistas españoles, republicanos exiliados: Joaquim Vicens Gironella, Miguel Hernández y José García Tella.

A partir de los años treinta y hasta finales de los cuarenta, y en buena medida en relación con las guerras, la posibilidad del fin del mundo se exploró a menudo en el campo de la cultura y los enfermos de este centro no fueron ajenos a ella. Tosquelles dedicó su tesis doctoral, en 1948, justamente a la experiencia vivida del fin de los tiempos, planteando un recorrido clínico y literario desde Gérard de Nerval hasta Antonin Artaud, a quien después Nancy Spero brindó una serie de trabajos sobre la violencia, el silencio y la palabra. Se han compilado igualmente películas sobre el mismo tema de Abel Gance y Eugène Deslaw y grabados, dibujos y pinturas de Vulliamy, yerno del poeta Éluard, que pasó un tiempo alojado aquí en 1945.

Gérard Vulliamy. La salamandre pompéienne, 1936. Colección privada

Algo antes había formulado el de Reus una idea muy vigente en su trayectoria: la de que podía ser posible desplazar la experiencia cognitiva, localizada en el cerebro, hasta situarla en los pies, que pisan directamente allí donde nos encontramos. Por eso veremos piezas de Jacques-André Boiffard, Salvador Dalí, Tàpies, Perejaume o François Pain que remiten a la importancia de los pies o al concepto de la deambulación.

Trabajaría con Tosquelles como médico residente en Saint-Alban, a principios de los cincuenta, el también psiquiatra y escritor Frantz Fanon. Durante año y medio compartieron la experiencia de la psicoterapia institucional e idearon prácticas que enlazaban la socioterapia y la terapia ocupacional, recurriendo al teatro, la imprenta, la redacción de un diario interno del hospital… Cuando, en 1953, Fanon se convirtió en jefe de servicio en el hospital Blida-Joinville de Argelia, adaptaría a sus nuevos pacientes los aprendizajes de Saint-Alban.

Tosquelles regresó a España, al final de los sesenta, dando continuidad desde el Institut Pere Mata a las iniciativas que había ensayado antes, a través de jornadas anuales de interés psiquiátrico, grupos de trabajo o un club de enfermos. Fallecería en Granges-sur-Lot en 1994, un momento en el que la psiquiatría daba sus últimos coletazos como disciplina independiente para integrarse en la carrera de medicina, circunstancia que explica, parcialmente, que su legado cayera en el olvido.

Culmina el recorrido con una colección de casetes que el personal del Institut Pere Mata y este psiquiatra grabaron en los últimos treinta años de su vida y con el tríptico audiovisual Déconnage de Angela Melitopoulos, que ofrece un relato de vida construido por el propio Tosquelles.

Esta exhibición ya ha pasado por Les Abattoirs de Toulouse y, tras su presentación en el CCCB, llegará al Reina Sofía y al American Folk Art Museum de Nueva York.

Angela Melitopoulos y Maurizio Lazzarato. Déconnage, 2012

 

 

“Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo”

CENTRE DE CULTURA CONTEMPORÀNIA DE BARCELONA. CCCB

c/ Montalegre, 5

Barcelona

Del 8 de abril al 28 de agosto de 2022

 

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