Galería Norte Verde

¿Qué hacer o quehacer?

La obra de Josefina Robirosa ha transitado, luego de una fase abstracta (1), los límites entre esta y la figuración tanto cuando exploró los movimientos de la figura humana en listas paralelas y ondulantes de cromático cinetismo, como cuando indagó la representación de la naturaleza. Se ha señalado la presencia de una conciencia o estética de la escisión, es decir, la noción de la pérdida del hombre de su plenitud con la naturaleza para la obra que inició a fines de los setenta. Lectura sugerente compartida, entre otros, por Jorge López Anaya y Elsa Flores Ballesteros (2), pero que otorga una carga existencial a una pintura fundamentalmente sensible, resuelta en el propio hacer artístico más que en una reflexión sobre el ser. ¿Paisaje? ¿Naturaleza? En los límites difusos entre el género pictórico y la vista topográfica se encuentran obras comoPicadadonde el enorme y único bosque terrestre se dirige al abismo, como hundido bajo el peso del propio follaje o como una atracción irrefrenable. Es esta combinación de naturaleza y abismo lo que permite que su obra pueda interpretarse desde un romanticismo panteísta. La “serie de los bosques” se inició a partir de dibujos de mediados de los años setenta, fueron algunos expuestos en la galería Bonino en 1978 y otros en Rubbers en 1981 (3). Si tenemos presente la composición en cubo de algunos “bosques”, perdura en Robirosa la abstracción como pensamiento de obra. En el caso dePicadala enorme zanja, una diagonal, escinde la pintura en dos bloques de volúmenes verdes. Si uno observa los distintos “bosques” percibe que además de trabajar con rupturas en la naturaleza –que permiten una interpretación de la acción humana sobre la tierra– hay también una búsqueda de tono y matiz diversos en cada una de las pinturas, particularmente cómo la luz actúa sobre un color aparentemente homogéneo, generando una secuencia visual que la observación de una obra única no permite calibrar en su plenitud. La pincelada corta, en su caso una rápida coma de trazo seguro, y la presentación de la naturaleza como una reflexión sobre el lenguaje pictórico permiten asociarla con una etapa de la obra de Alfredo Hlito. Sin embargo, en Robirosa la búsqueda poética conduce a una ruptura entre representación y percepción como apertura ilusoria a otra temporalidad, tal vez metaforizada en la zanja abismal dePicada.

por Roberto Amigo

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