“No, (dijo la sobrina) no hay para qué perdonar a ninguno, porque todos han sido los dañadores: mejor será arrojallos por las ventanas al patio y hacer un rimero de ellos y pegarles fuego; y, si no, llevarlos al corral, y allí se hará la hoguera, y no ofenderá el humo” (Cervantes, 1605).
La entrada La columna de Eugenio Vega: Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero… apareció primero en Experimenta.